Este Blog es especial, es en homenaje y honrando la memoria de mi amado hijo Adrián, mi amor puro y verdadero, mi Ángel de Amor y Luz❤ ❤ ❤ Mi hijo nació el 10 de Mayo de 1985❤ ❤ ❤ Hizo su transición el 3-12-2016.❤ ❤ ❤ Hijo mío amado, tú has sido el sentido de mi vida, por eso te voy a tener presente todos los días del resto de mi vida. ❤❤ ❤
Hijo amado, tengo tu nombre tatuado en mi corazón y Alma, tu voz grabada en mi mente, tu olor en mi memoria y tu sonrisa en mi recuerdo. ❤ ❤ ❤ Si la cicatriz es profunda es porque el amor fue y es inconmensurable. ❤ ❤ ❤ Seguir adelante es una empresa difícil cuando se perdió lo que llenaba todo de sentido. ❤❤ ❤ En cada acto de amor, está tu nombre. ❤❤ ❤ Hijo, te extraño, tanto...Mi Amor puro y verdadero. Eres amado siempre.❤❤ ❤
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viernes, 5 de abril de 2024

VOLVERÉ

Cuando mi cuerpo se convierta en polvo de estrellas, y las alas de mi alma
me lleven al infinito. Volveré en una caricia del viento en un cosquilleo en tu pecho tal vez en colibrí en tu ventana o en mariposa blanca en tu jardín. La marea alta te recordará
todo lo que juntos compartimos
los retos y batallas ganados
y aquello que creímos perdido
y al final fue perfecto. En algún olor me sentirás y entre letras y versos te hablaré discreta.
Volveré entre nubes de incienso entre gotas de lluvia
entre campos floridos.
Y en los fríos inviernos te dará mi recuerdo unas ganas inmensas de agarrarme a besos,
pero entonces verás con los ojos cerrados mi silueta presente con sonrisa en mis labios, nadie muere del todo mientras tu lo recuerdes. Y si sigo presente en tus lindas memorias
volveré a menudo a contar mil historias
a morirnos de risa a llorar de repente
y a gritarle al viento de esa ausencia que hiere, pero no olvides nunca
que mi amor llenará ese espacio vacío
que mi cuerpo dejó, seré luz en la noche seré paz en tu día seré cálido abrazo
¡en recuerdos de vida!

Mario Benedetti ✨

viernes, 15 de marzo de 2024

“EL LÍMITE, INVESTIGACIÓN SOBRE LAS ECM CON EL DR. GAONA”

PROGRAMA 126
La mente y la muerte. Dos conceptos abstractos que nos acompañan desde el mismo nacimiento hasta el último de nuestros días. Un enigma que ni la propia ciencia ha sido capaz de desentrañar. ¿Qué hay después de fallecer? ¿Qué hay en nuestro interior que nos convierte en humanos y que muchos conocemos como Alma? Son dos preguntas sin respuesta. Dos preguntas que lo son todo y que, sin embargo, ni si quiera sabemos como se han de contestar. Mente y muerte se unen además en un tercer contexto más abstracto si cabe, las ECM. Inexplicables vivencias en las que la mente y muerte se unen de una forma que no somos capaces de comprender. Más de 700 páginas de profunda investigación son las que componen el trabajo del que vamos a hablar hoy. Un trabajo centrado en estos dos conceptos de muerte y mente que nos presentará su autor, el Doctor José Miguel Gaona con su libro El Limite que nos atenderá desde Estados Unidos y nos explicará algunos de los apasionantes resultados que le han reportado esta investigación. El Dr José Miguel Gaona es médico licenciado con Grado de Sobresaliente. Estudió Psiquiatría en el Escuela Profesional de Psiquiatría de la Cátedra de Psiquiatría de la Universidad Complutense. Doctor en Medicina (“cum laude”) en la Cátedra de Psiquiatría. U. Complutense de Madrid. Master en Psicología Médica. Especialista en Psiquiatría Forense. Premio Jóvenes Investigadores de la Comunidad de Madrid. Miembro de la Asociación Europea de Psiquiatría (AEP). Ha ejercido tareas docentes en la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina (Universidad Complutense de Madrid). Autor de los siguientes libros: “El Síndrome de Eva”, “Ser adolescente no es fácil”, “Endorfinas, las hormonas de la felicidad”, “Al otro lado del Túnel” Ha sido director de la revista “Educar Bien. Niños” Ex-asesor Técnico del “Defensor del Menor” de la Comunidad de Madrid. Responsable del área de salud mental en la guerra de Bosnia para la ONG “Médicos del Mundo”. Miembro del Comité de Honor de la Fundación Altarriba entre cuyos miembros se encuentran personalidades tan destacadas como: José Saramago (Escritor, Premio Nóbel), Josep Carreras (Cantante de ópera) o Eduard Punset (Divulgador científico) entre otros. Colabora con el Prof. Michael Persinger de la Laurentian University (Ontario, Canadá) Cofundador del grupo TAR (Transnational Anomalies Research). En la segunda parte del programa hablamos sobre los Vikingos. Una sociedad que se dio a conocer en el año 793 en el tranquilo monasterio de Lindisfarne de las costas de Inglaterra, cuando los hombres del norte hicieron su sangrienta presentación a una Europa que sufriría sus razias y su bestialidad. Pero esta cultura que se asentó en lo que hoy llamamos Noruega, Suecia y Dinamarca, fue mucho más que la cultura de unos despiadados guerreros. Su cultura, su religión e incluso su especial trato de deferencia hacia la mujer, hacen de este pueblo algo ten especial como interesante, tal y como demuestran series hoy día como la del Canal Historia que lleva por título “Vikingos”. Su huella no solo ayudó a conformar Europa o Rusia, si no que Islandia, Groenlandia e incluso por unos años América, acogieron a los Vikingos. La amplitud del tema, requiere en esta ocasión dar algunas pinceladas del mismo, desterrar para siempre algunas inexactitudes como las de los cascos con cuernos y comenzar un viaje que seguramente concluyamos en otro capítulo.

jueves, 7 de marzo de 2024

¿Qué sucede después de la MUERTE? | Eckhart Tolle Subtitulado ESPAÑOL

 


¿Qué sucede después de la MUERTE? | Eckhart Tolle Subtitulado ESPAÑOL

martes, 5 de marzo de 2024

El Libro de los Espíritus -Audiolibro completo en Español

El libro de los espíritus contiene los principios de la doctrina espiritista sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza de los espíritus y sus relaciones con los hombres, las leyes morales, la vida presente, la vida futura y el porvenir de la humanidad; según la enseñanza dada por los espíritus superiores con la ayuda de diferentes médiums recopilada y puesta en orden por Allan Kardec. 

Allan Kardec fue un traductor, profesor, filósofo y escritor francés, considerado el sistematizador de la doctrina llamada espiritismo. Su nombre real era Hippolyte Léon Denizard Rivail. Fue testigo de inexplicables fenómenos paranormales y empezó a asistir con regularidad a sesiones, preparado siempre con una serie de preguntas que le eran respondidas a través de los «médiums». Toda esta materia, repasada y corregida por la entidad espiritual que se identificó ante él como «la Verdad», sirvió de base al cuerpo de doctrina de “El libro de los espíritus”. Su «espíritu protector» le había informado que, en una existencia previa, en el tiempo de los druidas, ambos se habían conocido en la Galia y él se llamaba «Allan Kardec». Sus obras serían sustanciales en la labor de sistematización de las ideas espiritistas. 

Allan - El Libro de los Espíritus (Audiolibro completo en Español narrado por Artur Mas)

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


lunes, 19 de febrero de 2024

El Bardo de la Muerte y el Renacimiento, Lama Ole Nydahl

 


Nota: En estos días donde se celebra y se honra a los muertos en tantas diferentes tradiciones y países, decidimos postear la visión de la muerte y renacimiento acorde con el Budismo, con este artículo traducido de Buddhism Today. Volumen 6. 1999.

Cuando las personas hablan sobre el bardo usualmente piensan en el momento siguiente a la muerte. El término, sin embargo, va mucho más allá. Se refiere a cualquier «estado intermedio». Todos los seres experimentan, en su vida entera, tales estados intermedios hasta la iluminación, cuando la mente reconoce su clara luz atemporal. Justo ahora en esta lectura, por ejemplo, estamos en el bardo de estar despiertos – al menos eso espero -. Nos comunicamos con símbolos y palabras, y percibimos el mundo a través de nuestros sentidos. La noche corresponde al bardo del sueño, de la oscuridad y la falta de conciencia. Para aquellos afortunados que conocen la meditación de la clara luz bastante bien, la experiencia es similar a descansar en un océano de luz.

También hay períodos cuando las impresiones guardadas llegan de diferentes formas, como en los sueños. Este es llamado el bardo de los sueños, y probablemente incluye la mayoría de las condiciones inducidas por las drogas. Entonces nos despertamos nuevamente y reanudamos la consciencia despierta. Evidentemente, todo lo mencionado hasta aquí es condicionado y cambiante y no puede ser de beneficio definitivo para todos los seres. Si meditamos, sin embargo, surge un estado que es en esencia clara luz atemporal, una conciencia que no es dependiente de nada. Esta más allá del nacimiento y la muerte, sin ir o venir. Todas las prácticas del Camino del Diamante apuntan a hacer a la consciencia radiante siempre presente. Mientras están vivos, los seres, tanto humanos y animales, se mueven entre los tres bardos anteriores, estar despierto, durmiendo o soñando. Al morir, otros tres bardos aparecen.

Primero, viene el proceso de la muerte como tal. Ya sea una muerte rápida o lenta hay una transformación. Luego, sigue un período donde la mente continúa su fluir habitual de la vida previa. Después de reconocer que uno está realmente muerto, un proceso de reestructuración tiene lugar y, dependiendo del estado dominante, la mente entra en un nuevo reino dentro de los seis niveles de existencia. Siempre ha sido así. De la misma forma como el espacio no tiene comienzo, la mente tampoco tiene punto de partida. Tanto fuera como adentro ha estado constantemente jugando, expresándose y experimentando su riqueza de incontables formas. Estos seis bardos se han alternado siempre; los tres cotidianamente y los tres que siguen cuando los seres no liberados se mueven hacia su próxima vida.

Ustedes vinieron aquí esta noche a fin de conocer lo mas reciente. A fin de entender lo que sucede en la muerte, necesitamos primero mirar en la mente. En su esencia la mente es espacio. Esta no tiene color, peso, olor ni tamaño. No esta hecha de nada; no fue nacida; ésta no morirá. No ha venido de ninguna parte así que no se irá. Este espacio, sin embargo, no es un agujero negro. Esto tampoco implica desaparecer ni la no existencia. Su naturaleza es rica. Juega, se expresa a sí misma, sueña, deja que las cosas ocurran y luego las disuelve nuevamente. Tiene un gran poder y es al mismo tiempo ilimitada. Donde quiera que veamos, no hay fin para esto – siempre más cosas pueden suceder. En la medida que este reconocimiento comienza, ningún sentimiento condicionado puede vencerlo, y un gozo sin miedo y espontáneo, y una compasión activa, no sentimental y de gran alcance aparece naturalmente. Si ese fuera el estado constante de los seres, si estuviésemos siempre conscientes de la mente misma, todo sería fácil. Entonces morir y renacer sería como cambiar de ropa. La clara luz de la mente, su conciencia radiante y, el gozo y el poder de su actividad nunca se detendrían. Sin ninguna brecha de consciencia, y viendo nuestro cuerpo y habla cada vez más como herramientas, podríamos libremente seleccionar renacer en lugares de máxima utilidad para otros.

Por supuesto esto está lejos de la experiencia diaria de la mayoría de los seres. Quien no medite rara vez vislumbra la esencia de la mente. Entonces esto solo sucede por suerte, como al hacer el amor o durante la caída libre antes que el paracaídas se abra. Ya sea que su eterna frescura se manifieste a través de un proceso continuo o accidentalmente, es la total certeza y el gozo profundo lo que aparece cuando nos olvidamos de esperar, temer o anhelar.

Se expresa a sí mismo como un amor que tiene pocos conceptos. En vez de la brillante luz de la mente o sus mas impermanentes visiones claras, sin embrago, los seres no iluminados se identifican con su corriente de impresiones. Ellos buscan una esencia duradera en el flujo cambiante producido a través de sus cuerpos y su actividades mentales.

Aunque, consideradas a ser reales, tales situaciones y sentimientos no pueden durar. Su naturaleza es como un río – aunque, agua nueva lo recorra constantemente, hay todavía una continuidad, y la gente se identifica con este como una corriente de consciencia. Hay una causalidad entre un niño de 7 años y el posterior adulto de setenta. Sin el primero no puede estar el último, sin embargo, cada partícula, cada molécula es nueva.

En un cierto punto, este proceso no puede adaptarse más al cuerpo. Cuando este no puede contener más a la mente, eso es la muerte. La muerte luce muy diferente cuando se muere lentamente, como de SIDA o cáncer, o si nuestro cuerpo se desintegra debido a pisar una tierra minada, o teniendo un accidente a alta velocidad. El proceso que tiene lugar, sin embargo, es el mismo. Ya sea que ocurra en un instante o en un período prolongado, la energía que se utiliza para distribuir a lo largo del cuerpo siempre se mueve hacia el eje central. En las grandes religiones de experiencia, el cuerpo trae sucesivamente varios sistemas energéticos. Ellos dependen de la meta buscada, ya sea el de estados de dioses sin forma, una larga vida balanceada o la clara luz de la mente. En el hinduismo este trabaja en la espina dorsal, en el taoísmo en una elipse a través del cuerpo, y en el budismo el canal central de energía reposa entre un punto ocho dedos detrás de la línea original del cabello en el tope de nuestra cabeza y finaliza cuatro dedos abajo del ombligo. De este tubo de energía primaria en el centro de nuestro cuerpo cinco ruedas diferentes se dispersan ramificándose en 72.000 canales. Siendo femeninos, ellos son esencialmente espacio e intuición. Dentro de ellos yacen energías masculinas potenciales, las cuales sólo son completamente despertadas en la iluminación. Su naturaleza es compasión y gozo. Durante el proceso de muerte la conexión con los sentidos externos primero se recoge hacia el centro de nuestro cuerpo y luego, las cinco ruedas colapsan en el canal central de energía. Durante ese proceso uno primero pierde poder. Una presión es sentida sobre el cuerpo y las impresiones sensoriales se hacen confusas. Entonces, nuestro control sobre los elementos fluidos se pierde. Uno se siente como si flotara en agua y saliva de la boca y nariz. Seguidamente a esto, uno se vuelve reseco, y el frío penetra por las extremidades. Ahora, cercanos a la muerte, nuestra respiración es superficial y entrecortada y los no meditadores pierden la última habilidad para concentrar la mente. Dependiendo de nuestro Karma, las impresiones absorbidas durante nuestra vida, cualquier cosa puede aparecer, desde el maravilloso sentimiento de gozo significando experiencia luego de un Phowa hasta estados de gran pérdida con temor y frustración. Aquí el karma puede hacerse ya muy visible. Al final, uno toma tres exhalaciones muy largas, y eso es todo. Aunque en este momento las personas son declaradas «muertas», durante los próximos 20 o 30 minutos un proceso energético continúa dentro de los ejes magnéticos del cuerpo.

Este canal de energía apareció cuando nuestra consciencia de la vida anterior se juntó con la esperma y el óvulo de nuestros padres. Las dos células, cuya información genética dio las bases para nuestros cuerpos actuales, adicionalmente, cada una lleva una carga energética.

En la meditación la esencia masculina es experimentada como blanca y la femenina como roja. Cómo billones de células se formaron en nuestros cuerpos humanos, la energía blanca se movió hacia arriba y ahora está centrada alrededor de ocho dedos detrás de nuestra línea original del cabello en la coronilla de nuestras cabezas. Al mismo tiempo la energía roja se movió hacia abajo y ahora reposa cuatro dedos debajo del ombligo en el centro del cuerpo.

Entre estos dos polos yace un eje con las ruedas y canales mencionados anteriormente.

Luego que uno deja de respirar, durante los siguientes diez o quince minutos la energía blanca deja de aferrarse del tope de nuestra cabeza y se mueve hacia abajo hacia el corazón.

En su camino hacia abajo, una hermosa clara luz es experimentada, cómo de la luna, mientras treinta y tres sentimientos, cuya base está en la rabia, desaparecen. Muchos escuchan el sonido de la sílaba HANG y la memoria es tan intensa que un frecuentemente ve seres que han muerto antes que uno.

Después de eso, una luz roja asciende desde el punto cuatro dedos debajo de nuestro ombligo. El sentimiento es muy poderoso y la luz es como un profundo atardecer. Mientras se mueve hacia arriba al corazón, también tomando entre 10 a 15 minutos muchos escuchan la profunda vibración AH. Cuarenta sentimientos de apego desaparecen en este punto y un gozo indescriptible es sentido. De veinte a treinta minutos después de la muerte estas dos energías se han fusionado así en el centro de nuestro pecho y todo se vuelve negro. Mientras esto sucede, siete velos derivados de la ignorancia se disuelven.

Luego, aparece una luz radiante, totalmente más allá de la conciencia personal. Si podemos mantener ese estado la meditación es llamada thugdam. Esto significa que la mente esta al margen del corazón en una condición que no separa la verdad externa e interna. Aquí, su abierta, clara e ilimitada esencia penetra todos los tiempos y direcciones; esta es la conciencia de los lamas como Karmapa. Esto es comparado como el encuentro entre un niño y su madre y, si puede ser mantenido, hay una verdadera iluminación. Toda separación entre espacio y energía, así como entre pasado, presente y futuro, luego desaparecen.

Quien no pueda mantener este estado se oscurecerá. El libro Tibetano de los muertos menciona un período de tres a cuatro días de inconsciencia después de la muerte. En el caso que las personas muertas han venido a mí, a pesar de eso, transparentes, pero, de forma diferente, luciendo como normalmente lo hacían, esto siempre ha sido después de sesenta y ocho horas. Pienso que se debe a que todos ellos fueron personas citadinas y muy bien educadas. Así que sus procesos mentales fueron muy rápidos. Cuando uno se despierta después de la muerte, hay un sentimiento de que algo está fundamentalmente mal. Sin embargo, aún si nuestro cuerpo está conservado, uno evitará verlo y en cambio tratará de alejarse. Este estado es altamente confuso porque, no teniendo cuerpo, cualquier lugar del que uno piense uno automáticamente está ahí. También, nuestra inteligencia es mucho más aguda que cuando estabamos vivos, y, aunque podemos leer los pensamientos de los vivos, no podemos comunicarnos con ellos. Cuando uno se sienta en una silla, la gente se sienta sobre uno y cuando uno les habla, ellos simplemente se van. A pesar de tantas señales los seres no quieren reconocer que están muertos. Luego de los tres días de inconsciencia, le sigue una semana durante la cual la gente continúa dentro de sus hábitos mundanos de su vida anterior. Luego, nadie puede evitar por mas tiempo el darse cuenta que no tiene un cuerpo físico. Este reconocimiento puede solidificarse cuando se para delante de un espejo no encuentra ningún reflejo. Algunos se descubren a sí mismos caminando sobre la arena sin dejar ninguna huella de pisadas y otros pueden poner sus manos en agua hirviendo y no quemarse. En ese momento, la mente reconoce: «Ahora estoy muerto, ya no tengo mas un cuerpo», y este es un choque tan grande que uno cae inconsciente por segunda vez.

Cuando uno se despierta de nuevo, la mente se ha mudado a un nuevo estado. Aquí, el flujo compartido de la superficie de nuestra consciencia se ha detenido y nuestras impresiones subconscientes individuales emergen como experiencias muy fuertes. Aunque pueden ser mayormente comparadas con grandes sueños individuales, uno también espera que sean reales y siente esperanza y disgusto.

Mientras uno continúa manteniéndose y alejándose como siempre, por los próximas no más de cinco semanas y media (de modo que estos tres estados intermedios no duran más que siete semanas en total), nuestra tendencia más fuerte elabora su vía a través de otras impresiones de la mente. Si un lama o una práctica de meditación habitual no están ahí para ayudar, estas tendencias deciden la dirección de nuestro próximo renacimiento. Aunque el reino humano provee un amplio rango de posibilidades kármicas, desde el sufrimiento de las mujeres musulmanas y la gente en Africa, hasta las personas con estilos de vida lujosos y libres como en los suburbios occidentales, también cinco niveles de existencia no humanas diferentes pueden aparecer de las tendencias almacenadas de la mente.

Tres tipos de reinos divinos aparecen del sentimiento del orgullo. Si hemos realizado buenas acciones, pero con el sentimiento de «Yo estoy haciendo algo por ti», ellas no son liberadoras, pero dependiendo de nuestra inteligencia, ellos producirán niveles de consciencia mas placenteros. Así como los deseos son automáticamente satisfechos ya sea en los seis «reinos de los deseos», también lo es la satisfacción estética en los setenta «reinos de la forma». Los mas altos entre los dioses son aquellos en las cuatro condiciones de intensa abstracción.

Como la ilusión de un «yo» separado persiste en todos, sin embargo, una vez que nuestro almacén de impresiones positivas se ha agotado los dioses se caen y otro sentimiento emerge con su ambiente correspondiente. Si los celos se manifiestan como el sentimiento principal, los seres se descubrirán a sí mismos en salas de armas. Anteriormente, buscaban espadas, pero hoy probablemente serían ametralladoras. Están profundamente perturbados por aquellos que disfrutan más felicidad que ellos mismos. Si la confusión surge como la mayor perturbación la mente puede tratar de esconderse entre rocas y plantas, y si los animales van ahí para aparearse, podríamos correr entre ellos. Así, los seres terminan con cuatro patas y un hermoso abrigo de pieles tanto durante el verano como en el invierno.

También es posible que la avaricia se vuelva predominante y ya durante esta vida esto hace a los seres visiblemente miserables. Aunque muchas personas lo tienen todo, sus posesiones solamente los encarcelan. Después de la muerte este estado general se condensa en una ansiedad por comida y bebida. Algunos, entonces, piensan que sus barrigas son tan grandes como San Francisco y sus bocas como la cabeza de una aguja. Otros experimentan que cualquier alimento se convierte en fuego o que espíritus desagradables los alejan de ellos. La peor contaminación de la mente, sin embargo, consiste en la ira y el odio. Estos maduran como el dolor mas grande. Hoy conocida como paranoia, uno tradicionalmente distingue ocho niveles de dolor del calor y ocho del frío. Adicionalmente, ahí existe un estado de «aburrimiento» y de «algunas veces».

Como se ha mencionado, los deseos realizaron esta presente vida humana y continuarán haciéndolo. Pero el karma es pegajoso y tiene efectos prolongados. Después de decidir el reino de renacimiento, éste, además, define el tipo de cuerpo que tomamos, en que medio ambiente nacemos y bajo que tipo de motivación vivimos. Sin embargo, como ser humano uno tiene todos los controles en sus manos. Teniendo un cuerpo sólido y siendo capaz de entender que es beneficioso o que causa daño, uno puede evitar sembrar las semillas para los eones de felicidad impermanente o profundo sufrimiento en los cuatro reinos no físicos o para períodos mas cortos de estupidez como animales. Lo más importante es la comprensión que no esta es una alternativa para la liberación y la iluminación. Los dioses se caen de nuevo. Los semidioses son celosos y pelean. Los animales se comen unos a otros. Los fantasmas están siempre frustrados y los seres infernales siempre sufren. Aún los humanos tienen los cuatro problemas básicos de nacer, la vejez, la enfermedad y la muerte. También, los mejores años de nuestra vida no carecen de las dificultades de conseguir lo que uno desea, de evitar lo que uno no desea, de mantener lo que uno tiene y tener que arreglárselas uno mismo con lo que es inevitable. Como esto ha estado sucediendo desde tiempos sin principio es imperativo encontrar valores duraderos.

Para cortar la raíz de todo sufrimiento, Buddha nos recomienda concentrarnos en aquello que esta más allá del nacimiento o la muerte, lo cual nunca ha surgido y nunca desaparecerá. Él no apunta a las imágenes sino al espejo mismo, mostrándonos el océano debajo de las olas. Ninguna experiencia condicionada o situación externa puede satisfacer verdaderamente. Solo la luz clara, abierta e ilimitada de la mente es completamente feliz y absoluta. Sus enseñanzas, ser esto en la vida, el renacimiento y los que está intermedio, apuntan solamente a compartir esta certeza. Con los métodos del camino del diamante cada uno de los bardos después de la muerte mencionados anteriormente se convierten en puertas hacia la iluminación. Ellos ofrecen oportunidades para confrontar la mente con su verdadera naturaleza y dejarla libre.

Durante los últimos veinticinco años Lama Ole Nydahl ha enseñado la transferencia de la conciencia, Phowa, a mas de 80.000 personas alrededor del mundo. Actualmente está trabajando en un libro sobre el tópico de la muerte, acorde con el Budismo.


Fuente: https://budismoencentroamerica.wordpress.com/2011/11/03/el-bardo-de-la-muerte-y-el-renacimiento-lama-ole-nydahl/



domingo, 17 de septiembre de 2023

Ho’oponopono nos ayuda cuando perdemos a alguien

 

Algunas veces somos separados de alguien que amamos por la muerte. Otras veces nos distanciamos o alguien con quien estamos decide distanciarse de nosotros.

¿Por qué quedamos tan apegados y dependientes y sentimos que no podemos vivir sin las personas que amamos? ¿Por qué perdemos nuestra concentración o la confianza en nosotros mismos o somos incapaces de funcionar adecuadamente cuando perdemos un ser querido? Quizá porque pensamos que no somos nada sin ellos.

Desafortunadamente hay cosas que olvidamos…

Olvidamos que somos más que nuestros cuerpos y que cuando la gente que amamos fallece, en realidad terminan estando más cerca nuestro que cuando estaban en sus cuerpos.

Olvidamos que nunca estamos solos y el Universo (Dios) está siempre a nuestro lado esperando que le demos permiso para llevarse nuestras penas y resolver nuestros problemas.

Olvidamos que nadie afuera de nosotros nos puede hacer felices. Si elegimos estar con alguien debe ser porque queremos y no porque lo necesitemos. Todo lo que necesitamos esta dentro nuestro.

Pero sentimos que esta sensación es más fuerte que nosotros, que no lo podemos evitar y esto es lo que sucede cuando nuestras memorias “tocan” o son activadas.

Es muy difícil aceptar que somos 100% responsables y que algo dentro de nosotros crea y atrae gente, circunstancias y problemas a nuestras vidas. Sin embargo, cuando lo aceptamos, podemos comprender que, como hemos creado y atraído tales cosas, somos los únicos que podemos cambiarlo.

En este caso es también importante saber que no somos víctimas y que quizás no podemos evitar sentir dolor por nuestra pérdida, pero el sufrimiento es opcional. “Elegimos” sufrir.

Necesitamos saber que las personas aparecen en (y se van de) nuestras vidas para darnos una oportunidad. Son un regalo, una bendición. Nos ayudan a reconocer las cosas que necesitamos cambiar y trabajar en nosotros mismos. Si decidimos aceptar el 100% de responsabilidad y abstenernos de reaccionar o culpar, podemos realmente encontrarnos y descubrir cuan poderosos en verdad somos. Entonces comprendemos que podemos cambiar nuestras vidas sin depender de nada o nadie afuera nuestro.

Solo nuestros “pensamientos de” nuestros seres amados nos dejan, no la gente real.

Sí, lo sé. Es más fácil decirlo que hacerlo pero voy a darte algunas herramientas y puedes probar a ver si te ayudar a traer más paz a tu vida. Por ejemplo, cuando estás muy ansioso puedes repetir mentalmente “Gracias” o “Te amo”. Agradeciendo y amando a los pensamientos que nos hacen sentir solos, necesitados o dependientes, son maneras de soltarlos y permitirles pasar más rápidamente.

Lo que resistimos, persiste. La clave es que no estamos intentando cambiar las circunstancias o a las personas sino encontrar paz y tranquilidad dentro nuestro, sin importar lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor.

Traducción al español donada por Karina Andre

 https://mabelkatz.com/espanol/hooponopono-ayuda-cuando-perdemos-a-alguien/

lunes, 21 de agosto de 2023

Ho’oponopono y la oración de la muerte 🙏

“Divino Creador, Padre Madre, Hijo como Uno, yo (tu nombre) te doy gracias por la vida de (nombre de la persona fallecida).

Sé que tú has llamado a su presencia.

 


 

Te pido humildemente que se liberen y borren todas esas memorias de dolor compartidas y pensamientos erróneos que ella o él me incitara, en cualquier plano.

Pido que se transmuten y sean convertidos en luz de la fuente pura. Lo siento. Te amo. Gracias.

Te pido con el corazón por sus familiares y amigos, para que puedan superar su partida, dejándola/o irse en paz y armonía.

También Divinidad te agradezco por la presencia de todos quienes estuvieron en el momento de su transición, con sus pensamientos, palabras y acciones. Gracias, gracias, gracias.

Divinidad, por favor bendícenos y danos fuerza suficiente. Y doy gracias porque así sea. Doy gracias porque está hecho. Lo siento, gracias, perdóname, te amo.”

 

Practica el ho’oponopono y la oración de la muerte para honrar la vida de esa persona que tanto quisiste, transmite la energía del amor, para que todos lo que están de duelo puedan atravesarlo lo más amorosamente posible.





 

miércoles, 20 de julio de 2022

Los milagros existen



 Eres amado siempre, mi hijo amado Adrián, mi Ángel de Amor y Luz

Cuando perdí a Ludmila una de las preguntas que me hice muchísimas veces fue si ella volvería en esta vida, en forma de otro hijo. Durante un tiempo quise creer que sí. Pero hoy creo que cada hijo es un regalo del cielo, único e irrepetible que viene a llenar nuestra vida de luz, de enseñanzas y luego parte a un lugar en donde nos esperan, para estar alma con alma juntos para siempre. Como siempre fue y siempre será. 
Parte de mi creencia viene de haber leído los libros del Dr Brian Weiss y hoy les traigo un fragmento de su último libro, de todas las historias de sus pacientes lo que leí esta fue la más perfecta y reconfortante.
Si no saben quién es el Dr Weiss, es un psiquiatra estadounidense especialista en terapia de regresión a las vidas pasadas. El descubrió cómo nuestra alma (que es única) va cambiando de cuerpo en muchas vidas hasta que aprendemos las lecciones vitales inherentes al ser humano, tenemos que perderlo todo y también tenerlo todo. Amar y sentir abandono, ser sanos y enfermos, para llegar a ser un alma con sus lecciones aprendidas. 
Si quieren más info dejo un link a su web (http://www.brianweiss.com/)  
Ahora sí, los animo a leer esto, parece largo pero créanme, si están aquí por haber perdido un hijo…. se lo van a leer en dos minutos y van a quedar con ganas de más 
(Esta es una historia real de una de sus pacientes, en este caso fue paciente de su hija Amy también psicoterapeuta)
Jessica, maestra de treinta y tantos años de pelo rubio, ojos azules y voz suave, condujo durante horas desde el centro de Florida para verme en la consulta. 
Había tenido dos hijos en cuyo parto se había practicado una cesárea. Se había quedado embarazada por tercera vez, de un niño sano.Había decidido parir a Elliot de forma natural en su casa, pero durante el proceso se reventó el útero, se desprendió la placenta y el bebé sufrió una carencia fatal de oxígeno mientras era trasladado a toda prisa al hospital. Lo conectaron de inmediato a una máquina para mantener las constantes vitales, pero era demasiado tarde. Murió solo diez días después.
Mientras Jessica me contaba su historia, se me hizo un nudo en la garganta. Nadie merece la experiencia de perder un hijo: la mujer sentada frente a mí era tan buena y discreta que yo no podía imaginar por qué iba a pasarle a ella algo tan demoledor. Tampoco podía imaginar la muerte de mi hijo, y menos aún la tremenda decisión mía que pudiera haber influido en ese desenlace. Jessica había leído los libros de mi padre y encontrado cierto consuelo. Acudía a otro terapeuta que la ayudaba en su proceso de pérdida. Yo estaba afrontando: me parecía un éxito que simplemente se levantara por la mañana, pusiera un pie delante del otro y sobreviviera un día más. Sin lugar a dudas, la apariencia dulce de Jessica ocultaba la dureza del acero. De todos modos, era como si llevara el dolor en el exterior del cuerpo. Yo alcanzaba a verlo, casi podía estirar el brazo y tocarlo. Su infinita profundidad me asustaba: yo era una terapeuta bastante novata, cuando menos en el campo de la hipnosis, y tenía miedo de que el viaje hasta mi consulta hubiera sido para ella una pérdida de tiempo. ¿Qué demonios podía decir o hacer yo para mitigar el sufrimiento de Jessica? Y qué podía causar siquiera una mella en esa clase de dolor?. 
Jessica describió las dificultades que había tenido con sus médicos en el parto de sus dos primeros hijos. Su suave voz subió de tono al hablar de la desconfianza hacia ellos, de los errores clínicos cometidos y de cómo, comprensiblemente, esos errores la habían impulsado a escoger un método diferente para traer al mundo a Elliot. Había investigado escrupulosamente las ventajas y los riesgos de un parto vaginal tras dos cesáreas. Había tomado una decisión con total conocimiento de causa, y teniendo en cuenta lo sucedido con los dos primeros nacimientos, no había duda del porqué de su resolución. Cuanto más hablábamos de Elliot, más intentaba yo separarlo de su trauma, pero tuve la sensación de estar ahí con ella como si, aunque los cuerpos estaban hablando, las almas se sostenían juntas por el aire, mirándose una a otra con ojos tristes e incrédulos. Puede la vida llegar a ser tan dolorosa? Y cuando lo es indefectiblemente, como superarlo?
Cuando Jessica planteó el hipotético escenario de tener otro hijo, su enojo se disolvió en puro pánico. Que sería lo correcto? Iba a confiar otra vez en los médicos? Y si cualquier decisión resultaba errónea? Había pensado mucho en su pasado y su futuro, y a todas luces las preguntas sobre ambos le causaban gran aflicción.
Cuando hipnoticé a Jessice y la llevé a una vida anterior, lo primero que vio ella fueron solo colores imprecisos en forma de olas y puntos. Parecen solo luces, dijo, y durante los diez minutos siguientes no hubo nada más, en efecto, solo luces. Oh, no, pensé, juntando literalmente mis manos para rezar mirando al techo, agradecida por que mi paciente tuviera los ojos cerrados. Ángeles, Dios, quienquiera que esté ahí arriba, tenéis que hacer algo más. Yo rezaba con cada paciente pidiendo ayuda y energía curativa, pero ese día no fue una solicitud convencional. De repente, en medio de esas formas lumínicas palpitantes, apareció en la mente de Jessica la imagen de un delantal. Gracias, dije al cielo, exahalando un suspiro de alivio. Jessica se veía como una mujer joven en un gran porche, algo que recordaba a La casa de la padrera. Estaba apoyada en un poste, sudando a causa del sol estival y el ejercicio físico. El trabajo era duro y estresante, una carga pesada. Jessica notaba la tensión en el cuello y los hombros, debida no solo al trabajo manual sino también a una soledad aplastante. Se daba cuenta de que quería hijos y una familia, pero no los tenía. “Es todo muy duro”. Y suspiró. Nos desplazamos hacia adelante en el tiempo hasta esa noche en que la mujer estaba tendida en la cama, pensando en si cogía o no la Biblia en la mesilla, pero se notaba demasiado cansada para hacer siquiera ese gesto reconfortante. Jessica vio a la mujer sollozar, sentirse a la vez triste, frustrada e inquieta. Tenía una casa grande, pero suponía para ella una tarea abrumadora, y la zona rural en que vivía estaba aislada, exluía la posibilidad de hacer amistades. Los vecinos del lugar la consideraban afortunada: poseía una casa enorme, ese gran porche delantero, una vaca. Sin embargo, ninguno de estos bienes la hacía feliz. Aunque solo tenía veintitantos años, parecía sentirse demasiado cansada y triste para vivir. Volvimos a avanzar en el tiempo, pero nos encontramos más de lo mismo: la mujer, trabajando con ahínco en el patio, esforzándose tan solo para sobrevivir en esa existencia sombría. Y entonces Jessica vio una niña pequeña que bailaba y jugueteaba en la tierra al rededor de la mujer “No la ve” dijo confusa, “pero la niña está bailando, bailando sin parar”. Vio también a un hombre: el esposo, de pie a cierta distancia en un lado del porche. Él y la niña estaban unidos a la mujer, la amaban mientras trabajaba, mientras permanecía sentada en el porche y lloraba, pero ella no sabía que estaban allí. Transida de dolor, solo era consciente de su soledad. De dónde procedía ese abatimiento? para averiguarlo, retrocedimos. Había un accidente, El carruaje que llevaba a la niña y al esposo había volcado, con lo que ambos había muerto en el acto. La mujer no iba con ellos; quería ir, lo había planeado, pero por algún motivo en el último momento se quedó en casa. Los amaba mucho y se sintió terriblemente culpable y responsable de sus muertes. “Pero no fue culpa suya. Los accidentes ocurren, sin más” Dije pensando también en Elliot. Jessica asentía con lágrimas con ojos, pero no parecía creerme. “Da la impresión que lamenta no haber estado allí con ellos” dije en voz baja. “Oh sí” gimió ella. La mujer vivió largos y solitarios años. Trabajó durante toda su vida junto al porche, donde su esposo la observaba solo con amor en la mirada y su hija, dando vueltas ajena a todo, bailaba junto a ella un día tras otro. Mientras Jessica flotaba más allá de su viejo cuerpo empezó a menear la cabeza, como si no creyera lo que hubiera vivido. “No tenemos que amargarnos!” dijo, “Ella podía haber hecho mucho bien” La mujer se había quedado tan inextricablemente empantanada en el dolor y la pérdida, que ya no se recuperó jamás. Pensando en la Jessica de ahora, pregunté: En todo caso, cómo habría podido recuperarse de esa clase de pérdida? Muy fácil, contestó Jessica, sonriendo, “sólo tenía que verlos bailar a su alrededor”.  La pequeña y el esposo, al aparecer religiosamente cada día en el patio delantero, intentaba decirle que estaban bien, que la querían y que nunca la habían dejado; sin embargo, ella no veía nada. “Lo pasaba mal… no tenía por qué. Eran tan, tan felices” dijo Jessica. “Se trataba de amor, de puro amor que manaba de ellos y se detenía justo frente a ella! Y no lo percibía” . Fue una extraordinaria lección que ayudó a Jessica a mitigar algunos de sus actuales sentimientos de  pesar. Por increíble que parezca dado el reciente trauma  experimentado con su hijo, su sufrimiento era opcional, innecesario. Solo tenía que ver bailar a la pequeña cerca de ella. Si sabe que Elliot muy probablemente sigue amándola no lejos del aire que respira, no tendrá motivos para volver a sentir ese dolor insoportable. Al día siguiente en la sesión que hicimos juntas, Jessica entró y salió de numerosas vidas pasadas. En una, era la hija de una especia de curandero hermético, un alma sabia y avanzada a su tiempo; a la larga, ella tuvo su propia familia pero murió joven, dejando a un niño pequeño al que amaba. Jessica creía que el niño de esa vida era Elliot. “Es como si esta vez nos hubiéramos intercambiado el sitio. Yo le dejé pronto en aquella vida, él me ha dejado pronto en esta. Vaya”, dijo, comprendiendo de pronto “En esta vida él no me castigaba en absoluto. Solo me mostraba cómo era eso de ser abandonado en vez de ser el que se vaya pronto. Pero el amor no desaparece. Nosotros sí, el amor nunca” Percibía que, en la regresión, Elliot también era su amado padre. “Parecía entenderlo todo” añadió, “Era muy cariñoso. No le molestaba nada. Todo lo hacía con delicadeza y ternura para que la humanidad fuera mejor”. Las vidas de Jessica con Elliot eran innumerables, antiguas, surgían a lo largo de los años a medida que sus almas se trenzaban una y otra vez para enseñar, aprender, amar. No era casualidad que él hubiera aparecida en la vida actual de ella; estaba intrínsecamente vinculado a Jessica, de quien era una parte, si bien la forma, la relación y las circunstancias variaban siempre. Mientras estaba sentada frente a mí, su rostro cambió por completo. No se apreciaban arrugas de tristeza, ni ojos cansados; solo amor, felicidad, incluso entusiasmo. Por extraño que parezca, ni siquiera parecía ya humana; con su color rubio y su expresión beatífica, era realmente como un ángel, un espíritu dichoso, resplandeciendo con una paz que iba más allá de las palabras. Estaba radiante, y la luz transformaba todas y cada una de sus partes. Se acababa el tiempo. No creo que Jessica pudiera llegar a ser más feliz, lo que suena un tanto retorcido si tenemos en cuenta la razón por la que había venido a verme. Presenciarlo fue algo increíble. Trabajas bien, le dije al cielo. Concluí la sesión llevando mentalmente a Jessica a un tranquilo campo de flores silvestres y haciendo que visualizara a su guía, que se reunía con ella para orientarla sobre cómo podía seguir curándose también tras salir de la consulta. El guía de Jessica, su sabio y bondadoso maestro, era, por supuesto, Elliot. Ella se imaginaba sosteniendo el pequeño cuerpo de bebé que comenzó a emitir una luz brillante. Elliot abrió los ojos. (Después de la sesión, Jessica se maravillaba de esto. “Nació clínicamente muerto. Nunca le vi los ojos”) En la mente de ella, Elliot le daba con la mano en la nariz y le guiñaba el ojo, como si estuviera diciendo “te he pillado!”, como si todo aquello, esa voltereta que daban juntos por tantas vidas, ese incesante borboteo de muertes y nacimientos sucesivos, no fuera más que una broma cósmica. Aquí, Jessica, como le sucedería a cualquiera, sufría por la pérdida de un bebé sano, el cuerpo y el cerebro súbitamente muertos, pero el propio Elliot no podía tomarlo en serio; lo único que tenía que decir sobre la cuestión era algo como “se acabó mi turno; ahora te toca a ti!”. Para Jessica, el bebé Elliot, que ahora estaba dándole palmaditas en la barbilla y haciéndole guiños, era sin duda el adulto y ella el niño: la de él era un alma vieja y afectuosa, realmente un maestro adelantado. Cuando Jessica lo cogió en brazos, el cuerpo de él comenzó a desaparecer, disolviéndose en la luz  brillante cada vez más fuerte, cada vez más intensa, hasta ser él muy grande y estar más allá de los cuerpos, y su luz llenó el campo entero. Las flores silvestres, la hierba y el inmenso cielo azul resplandecían con su luz. El niño era más grande que Jessica, mayor que cualquier cosa imaginable. Hice de nuevo reflexionar a Jessica sobre sus sentimientos de responsabilidad, sabiendo que un alma tan vasta que abarcara el mundo entero jamás podría apagarse debido a una decisión individual, un accidente único. Ella se limitó a reír, como si la propia pregunta que no había dejado de hacerse ya no tuviera sentido. “¿Quién tuvo la culpa de su muerte? Yo, los médicos, nadie. Da igual. Es que da igual”A continuación, Jessica se vio embarazada, y enseguida con el bebé sano entre sus brazos en una habitación de hospital. Ese niño no era Elliot, pero estaba realmente con ella, un estallido de luz. “Está irradiando la habitación entera”, musitó ella. “Es como si las paredes percibieran rayos de luz. Él es todo, está en todas partes” Mientras Jessica sostenía al nuevo bebé, Elliot sostenía a Jessica. El hijo besó la cabeza del bebé una y otra vez. No había tristeza ni dolor, solo el amor más puro mientras Elliot velaba protectoramente por elllos. Aunque Jessica no estaba segura de si ella y su esposo querían más hijos, recuerdo que analizó minuciosamente todos los detalles sobre planes, partos y médicos mientras pensaba en lo que pasaría, lo que podía pasar, lo que pasó.Creí que le sería de ayuda saber cómo fue el nacimiento, pero ella sonrió mientras hacía caso omiso de la sugerencia como si fuera del todo irrelevante. “No importa. Son detalles humanos. La respuesta a su pregunta es que tuve una cesárea, pero da igual. Estoy dando el pecho” Bajó la vista al bebé que tenía en brazos, perfectamente consciente de que Elliot estaba presente en la habitación y en sus vidas. “Estoy dando el pecho” . Jessica derramó lágrimas de alegría; yo también. Me sentí sobrecogida ante el alma infinita y el amor de Elliot. Nada podía hacerle daño, es decir, a ninguno de nosotros tampoco podía hacernos daño nada. ¿Qué margen hay en el amor para la pena? ¿Qué significa la muerte de una persona cuando podemos volver a estar con ella en nuestra mente, cuando podemos volver a abrazar su cuerpo y ella puede abrazarnos a nosotros, cuando por fin podemos verle unos ojos que jamás vimos con claridad aquí en la tierra?. Nuestros propios ojos siguen cerrados a todo el amor que nos rodea y sufrimos al imaginarnos solos o abandonados, cuando lo único que hemos de hacer es simplemente abrirlos para descubrir que nuestros seres queridos están bailando y bailando con nosotros en el campo hasta el fin de los tiempos.

Powa esencial: práctica para ayudar a los que van a morir o ya se fueron | Meditación y Plática



Una pequeña
introducción a la versión simple de la Práctica del Phowa esencial, que se puede adaptar a muchas personas con diferentes circunstancias y que no requiere una creencia en particular. Seguimos con una meditación guiada que comienza en el min 2:20 y que puedes hacer por ti para prepararte, por algún ser querido que este cerca del morir, o por alguien que ya se fue.

Al terminar la meditación Alma dió una pequeña plática.

Recuerda que todos los martes tenemos grupo online de meditación, plática y discusión. 6pm CDMX y BOG, 8 pm ARG.

Regístrate https://forms.gle/MMg39czSKty76AVK6

Clic aquí: https://courses.contemplarte.org/_dl/lectures/185/med_y_cont_Powa_esencial_CS.mp3

Todos los miércoles tenemos grupo online de meditación, plática y discusión. 

6pm CDMX, 7pm BOG, 8pm ARG. Regístrate https://forms.gle/MMg39czSKty76AVK6


También puedes ver las grabaciones en: https://www.youtube.com/c/AlmaAyonES

o escucharlas en podcast suscríbete aquí:

Clic aquí: https://courses.contemplarte.org/courses/meditaciones-guiadas/powa-esencial/#1

Fuente: https://courses.contemplarte.org/courses/meditaciones-guiadas/powa-esencial/


 Recomendaciones: https://idoc.pub/documents/recomendaciones-para-la-practica-de-powapdf-34m7yvv3oz46

La Práctica esencial de PHOWA

 

Tomado y levemente reformulado del Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte por

H.Rodrigo Jauberth para los alumnos del Grupo de Salud.

La más valiosa y poderosa de las prácticas que he encontrado en la asistencia a enfermos graves, y que he visto emprender con entusiasmo a un número asombroso de personas, es una práctica de la tradición tibetana llamada phowa (pronúnciese “po-ua”), que significa la transferencia de la consciencia.

La phowa para personas enfermas graves o terminales ha sido practicada por amigos, familiares y maestros de la persona, de la manera más sencilla y natural, en todo el mundo moderno: en Australia, América y Europa. Gracias a su poder, miles de personas han tenido la oportunidad de morir serenamente. Ahora me alegra poner el corazón de la práctica de phowa a disposición de cualquiera que desee utilizarla.

Quiero subrayar que se trata de una práctica que cualquiera puede hacer. Es sencilla pero no por eso deja de ser el ejercicio más esencial que podemos practicar para prepararnos para nuestra propia muerte, y es la práctica que enseño a mis alumnos para que ayuden a sus amigos y familiares en trance de muerte, y a sus seres queridos que han muerto.

Practica 1.

Para empezar, póngase muy cómodo y adopte la postura de meditación. Si realiza esta práctica cuando se halla próximo a morir, siéntese lo más cómodo que pueda, o bien practique acostado …. lo importante es poner toda su atención en lo que hace y en el cómo lo hace…ábrase tranquilamente…. lleve la mente a su verdadero hogar, su corazón , suéltese y relájese por completo.

Traiga a su mente la imagen del cielo, o de Dios, cualquiera que sea la idea que tenga de El…lo importante es que solo pensarlo genere en Ti sensaciones y sentimientos de paz y tranquilidad…..vamos……Luego invoque, evoque la encarnación de cualquier verdad en la que crea, bajo la forma de luz radiante…Jesús. Buda, Mahoma, la Virgen María…en fin lo que con solo pensarlo o decirlo evoca en Ti sentimientos amorosos…….Vamos, elija el Ser Divino o el santo al que más próximo se siente. Si es usted budista, invoque a un buda con el que se sienta una conexión íntima. Si es cristiano practicante, sienta con todo su corazón la presencia viva e inmediata de Dios, el Espíritu santo, Jesucristo ó la Virgen María. Si no se siente unido a ninguna figura espiritual en especial, imagínese sencillamente una forma de luz pura y dorada en el cielo ante usted. Lo importante es que considere que el Ser al que esta visualizando o cuya presencia siente es realmente la encarnación de la verdad, la sabiduría y la compasión de todos los budas, santos, maestros y seres iluminados. No se preocupe si no consigue visualizarlos con mucha claridad; llénese el corazón de su presencia y confíe en que están ahí.

A continuación, concentre la mente, el corazón y el alma en la presencia que ha invocado y rece con toda devoción lo siguiente….repita conmigo en voz alta y ó en diálogo interno….

Dios…por tu bendición, tu gracia y tu guía, por el poder de la luz que brota de ti.Que toda mi vida negativa, mis emociones destructivas, mis oscurecimientos y bloqueos sean purificados y eliminados, que me sepa perdonado por todo el daño que pueda haber pensado y hecho,que cumpla esta profunda práctica de toma luminosa de mi consciencia y que cuando llegue el momento definitivo, tenga una muerte buena y pacífica, y por el triunfo de mi muerte, que pueda beneficiar a todos los demás seres vivos o muertos.
3.Imagínese ahora que la presencia de luz que ha invocado queda tan conmovida por su sincera y sentida oración que le responde con una sonrisa cariñosa y le envía amor y compasión en un torrente de rayos de luz que emanan de su corazón….hacia el tuyo…cuando estos rayos lo tocan y penetran en usted, lo limpian y purifican de todo su karma negativo, de sus emociones destructivas y de sus oscurecimientos que son las causas del sufrimiento. Vea y sienta que está totalmente sumergido en la luz…es un oceáno de luz dorada, amorosa que te rodea …que inhalas y exhalas sanadoramente….

Ahora date cuenta y siente que te hallas completamente purificado y completamente curado por la luz que brota de esa presencia. Piensa que tu mismo cuerpo, también creado por el karma, se disuelve completamente en la luz….tranquilamente…

El cuerpo de luz que es usted se eleva ahora hacia el cielo, al Nirvana y se fusiona inseparablemente con la dichosa presencia de la luz.

Permanezca en este estado de unidad con la presencia tanto tiempo como pueda…tómate tu tiempo…..

Práctica 2

Para realizar esta práctica de un modo aún más sencillo, empiece como antes reposando calmadamente e invoque luego la presencia de la encarnación de la verdad.

Imagínese su conciencia como una esfera de luz situada en su corazón, que sale proyectada de usted como una estrella fugaz, y vuela hacia el corazón de la presencia que tiene delante vamos…..deja que ocurra….ahora mira como esta esfera de luz se encuentra y se…..

Se disuelve y se fusiona con la presencia.

Mediante esta práctica que estás haciendo con todo el propósito del que Eres capaz…..una y otra vez….vas estableciendo tu mente, tu corazón, tu energía en la mente y en la energía de sabiduría del Buda o ser iluminado, que es lo mismo que entregar el alma en la naturaleza de Dios. Dilgo Khyentse Rimpoché dice que es como tirar una piedra a un lago; piense que cae a plomo en el agua, y baja cada vez va bajando más y mas hondo en este oceáno mas amoroso de luz, de amor, de perdón y compasión…..sanando…. drenando pensamientos y emociones negativas….tranquilamente . Imagínese que por la bendición de DIOS tu mente se transforma en la mente de sabiduría de esa presencia iluminada.

Práctica 3.

El modo más esencial de hacer la práctica es éste: limítese a fusionar su mente con la mente de sabiduría de la presencia pura. Piense: “ Mi mente y la mente de DIOS, Buda, Jesús.. son una”

De estas tres versiones de phowa, elija aquella con la que se sienta más cómodo o que le atraiga más en un momento determinado.

En estos momentos de transición las prácticas más poderosas son las más sencillas…las que tengan mas propósito desde el corazón de los hijos, hermanos, padres…..amigos….esposos en fin…de todo aquel que también se conecte y se relacione con la energía infinita del Universo……De lo que se trata es de que elija la que elija, recuerde que es esencial dedicar ya un tiempo a familiarizarse con ella. De otro modo, ¿cómo podrá tener la confianza necesaria para practicarla para usted mismo o los demás en el momento de la muerte?. Mi maestro Jamyang Khyentse escribió: “ Si meditas y prácticas de esta manera siempre, en el momento de la muerte te resultará más fácil”.

De hecho, debería familiarizarse tanto con la práctica de phowa que ésta se convirtiera en un reflejo espontáneo, una segunda naturaleza. Si ha visto la película Gandhi, sabrá que cuando dispararon contra él, su reacción inmediata fue gritar: “¡Ram…Ram!”, que en la tradición hindú es el nombre sagrado de Dios. Recuerde que no sabemos cómo moriremos, ni si tendremos tiempo para recordar práctica alguna. ¿ De cuánto tiempo dispondremos por ejemplo, si estrellamos el coche contra un camión a 150 Kilómetros por hora en la autopista?. Entonces no habrá ni un segundo para pensar en practicar phowa ni consultar las instrucciones de este libro. O estamos familiarizados con phowa o no lo estamos. Y eso se puede determinar de un modo muy sencillo: observe sus reacciones en una situación crítica o en un momento de crisis, en un terremoto, por ejemplo, o en una pesadilla. ¿Responde usted con la práctica o no? Y si responde, ¿con que estabilidad y confianza hace su práctica?

Recuerdo a una alumna mía de Estados Unidos que un día salió a cabalgar. El caballo la derribó, le quedo un pie trabado en el estribo y se vio arrastrada por el suelo. Le quedó la mente en blanco. Intentó desesperadamente recordar alguna práctica, pero fue en vano. Se sintió aterrorizada. Lo bueno de este terror, empero, fue que le hizo darse cuenta de que la práctica tenía que convertirse en una segunda naturaleza. Esa fue la lección que tuvo que aprender, de hecho, es la lección que todos debemos aprender. Practique phowa tan intensamente como pueda, hasta tener la certeza de que reaccionará con ella ante cualquier acontecimiento imprevisto. Esto le dará la seguridad de que, cuando llegue la muerte, lo encontrará tan preparado como puede estarlo.“No le digas a Dios que tienes un gran problema…..dile a tu problema que tienes un gran Dios……”

“No hay camino para la alegría…  la alegría es el camino“

Thay y CEMEHC

Fuente: https://cemehc.com.mx/wordpress/index.php/la-practica-esencial-de-phowa/